Fría mañana de domingo. Resaca navideña. Las cajas abiertas de las ilusiones cumplidas de muchos niños se amontonan ahora por las calles. Salgo a pasear para despejar la mente, para sentir el frio en mi piel, para pensar en el año que se acerca…
La lista de propósitos para el 2011 se va perfilando en mi mente. Se añaden nuevos puntos, se suman los no cumplidos del año anterior y se acumula la ilusión por cumplirlos en los 365 días que tenemos por delante.
De repente, la decoración navideña de Barcelona me recuerda que es la hora de comer. Y es que este año, la Navidad ha vestido a Barcelona con adornos inspirados en la comida típica en Cataluña para estas fiestas. Uno de ellos es este «galet» gigante, del que podemos encontrar hasta 26 repartidos por toda la Ciudad Condal.
Hoy es este galet gigante el que hace que vuelva a la realidad y me recuerda que seguramente es hora de volver a casa ya que una sopa de galets me está esperando…